viernes, 18 de marzo de 2011

trabajo final socioatropologia

Universidad de Chile
Instituto Latinoamericano De Altos Estudios
Maestría En Educación.
Nombre del Estudiante: Oscar Mauricio Rodríguez Estupiñán
CONSTRUCTIVISMO Y ENSEÑANZA POR CICLOS: UNA MIRADA SOCIAL DESDE LA ESCUELA DE FRONTERA.
El siguiente trabajo pretende realizar un análisis del modelo pedagógico constructivista con un enfoque social, evidenciado en las instituciones educativas oficiales del Distrito, sistema del cual hago parte como docente. Del mismo modo busco mostrar la importancia de vincular a este modelo pedagógico la discusión concerniente a lo denominado en las políticas de calidad como el “proceso de implementación y reorganización de la enseñanza por ciclos y campos de pensamiento”.
Durante el transcurso del siglo XX  la pedagogía y la educación en general han sufrido múltiples cambios y modificaciones, tanto en sus prácticas como en las teorías que le fundamentan. Podemos afirmar que se han vivido diversos enfoques pedagógicos en la educación los cuales cruzan desde las reflexiones sociales, los técnicos, los enfoques cognitivos, los enfoques afectivos, los enfoques críticos hermenéuticos, los enfoques desde aéreas como la psicología cognitiva y del desarrollo, entre otros.
A fines del siglo XX nos encontramos con la evolución en si misma de la escuela, producto de los avances tecnológicos, de la inversión que los Estados generan en busca de la calidad de la misma, de la evolución propia de la pedagogía y de las ciencias que la nutren, de los diversos movimientos pedagógicos alentados estos por los docentes. Todo lo anterior genera una sola consecuencia: la inevitable necesidad de pensar la pedagogía como un elemento fundamental para el desarrollo de la escuela y por ende de quienes la circulan, los estudiantes principalmente.
La realidad que a diario se vive en nuestras Instituciones Educativas Distritales, denominadas “de frontera”; que significa entre otras cosas estar ubicadas en sectores deprimidos de la ciudad, y que implica un alto grado de desempleo, movilidad, desplazamiento, drogadicción, abandono, maltrato infantil, bajos niveles de nutrición, pandillismo y conformación de grupos al margen de la ley, entre otras situaciones difíciles; justifican ampliamente la implementación de un modelo pedagógico y una forma de ser de la escuela que apunte a reconocer la realidad social, histórica, cultural, política, y cognitiva de nuestros estudiantes y de la comunidad educativa en general para transformarla en beneficio de todos.
Lo anterior nos permite reconocer en nuestro modelo pedagógico y prácticas de enseñanza al constructivismo, toda vez que es a partir de Él que comprendemos la dimensión integral de las acciones educativas. Ello implica reconocer que nuestros estudiantes no son tablas razas, pero claramente tomamos distancia en este modelo del primer constructivismo desarrollado por Piaget debido a que el mismo enfatiza mucho más en la estructura interna del estudiante y parece desconocer que el aprendizaje se desarrolla en procesos de socialización e interacción de los individuos, pues como sabemos el hombre es un ser social por naturaleza. Además esto nos permite respetar los ritmos de aprendizaje y las características propias de nuestros estudiantes y no enmarcar sus desarrollos en etapas o edades rígidamente establecidas. Dando consistencia y mayor valor estructural ante estas limitantes del modelo constructivista de Piaget, es que retomamos y validamos los aportes Vigotsky  y Freire.
En la actualidad nuestras instituciones educativas se encuentran en proceso de discusión para la validación e implementación de la enseñanza por ciclos y campos de pensamiento, acorde a la propuesta emanada de la Secretaria de educación Distrital. Tal implementación responde a nuestras necesidades sentidas y es claramente interpretada en el artículo del profesor Alfonso Tamayo en la Revista Internacional Magisterio número 38 Abril-Mayo 2009  p.25, donde manifiesta que “la enseñanza por ciclos es una estrategia de organización curricular innovadora y transformadora de la cultura escolar, fundamentada en una visión compleja del conocimiento, en una pedagogía constructivista cuyas estrategias didácticas apuntan a la superación de la fragmentación de saberes y prácticas, resignificando los fines de la educación en función de las necesidades sociales y la formación en la autonomía, integrando los contenidos mediante la interdisciplinariedad y, en relación con los sujetos, dotándolos de herramientas para la vida, estableciendo nuevas relaciones entre el conocimiento escolar y el extraescolar, apostando por una formación de ciudadanos más humanos, más respetuosos de las diferencias y no solamente mas eruditos y especializados en las ciencias”.
En la propuesta de enseñanza por ciclos fundamentada en el constructivismo social el sistema educativo toma en cuenta las diversas formas, tiempos, necesidades y sentires  necesarios para un desarrollo integral y una amalgama social que permita niveles de calidad de vida óptimos y adecuados a nuestras comunidades, y como consecuencia de ello o de este proceso pedagógico, buscar la liberación de los sectores oprimidos utilizando como herramienta fundamental la educación  y la escuela como garante de equilibrio y equidad social, como lo operativizó Paulo Freire en su momento: “La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación”.
La enseñanza por ciclos se hace pertinente en nuestro contexto por permitir reconocer de forma directa diversas realidades individuales de nuestros estudiantes, diversos estilos de aproximación al conocimiento, diversas culturas humanas y estudiantiles que convergen en nuestra escuela, diversas formas de expresión, comunicación, resistencia, diversas formas de participación y diversas formas de ser y de sentir.
Los colegios de excelencia construidos durante las últimas administraciones están diseñados para que ellos piensen una forma diferente de enfrentarse a las nuevas realidades sociales y por ende a las nuevas realidades educativas; pues es claro que la educación recrea a la cultura y la cultura modifica a la educación. Lo anterior significa desde la perspectiva del docente y del estudiante que existe claramente una negociación en cuanto a los saberes, los intereses, las construcciones significantes en vías de modificar una problemática que sea acuciante a la realidad vivida.
Estos procesos han generado desequilibrio pues es claro que producen cambios y los cambios normalmente generan rechazos, no es fácil desacomodarse de uno hábitos y practicas rutinarios en el tiempo y carentes en ocasiones de significados funcionales. Esta problemática nos acusa principalmente a los docentes, pues los estudiantes aceptan más fácilmente los cambios y su mente está dada a la adaptación como elemento básico de supervivencia.
En el ámbito de la gestión directiva de las instituciones permite administrar con una óptica en donde los tiempos, espacios, recursos y planes de estudio entre otros, deben interactuar de una manera más dinámica y flexible, permitiendo fluidez y reacomodación como insumos facilitadores de los procesos que se llevan a cabo.
En conclusiones podemos afirmar que: si bien es cierto que el constructivismo como modelo pedagógico se origino en su primera fase con Piaget, es Vigotsky quien le da un giro social. Este giro social implica que ante todo al sujeto de la educación se le debe asumir no solamente desde su componente individual sino que inherente a él se encuentra lo que el psicólogo Ruso denomino la zona próxima de de desarrollo ZPD que no es nada más ni nada menos que su contexto cultural, familiar, afectivo, cognitivo, es decir todos los agentes sociales que determinan de una forma significativa y contundente el ser de un ser humano: un estudiante.
Quienes circulamos y trabajamos en las escuelas de frontera notamos que actualmente existe una urgente necesidad de modificar nuestras prácticas educativas y por ende revisar nuestros modelos de enseñanza y aprendizaje, debido a que los momentos actuales globalizadores nos lo exigen, pero ante todo pensando en que estas modificaciones deben ser la base para la transformación real de las condiciones de vida de nuestros niños, niñas y jóvenes que esperan de la escuela algo más que una nota de calificación.
Es  importante tener en cuenta que en las discusiones y debates sobre este proceso de implementación y discusión de los ciclos se debe ser prudente y no descalificar aun antes de llevarlos a la práctica, pues como su nombre lo dice es una propuesta y como tal debe asumirse, lo adecuado es dar un plazo o tiempo y ahí si evaluar sus pros y contras para de una manera objetiva y racional tomar decisiones acertadas sobre su continuidad o reestructuración. Con ello ganaríamos más estudiantes para la escuela y menos criminales para las calles.
Para terminar quisiera sugerir los siguientes cuestionamientos:
¿Será la metodología por proyectos la llamada a fortalecer el proceso de implementación de la enseñanza por ciclos?
¿Por intentar generar una interdisciplinariedad propia del constructivismo complejo, no podría llegarse a caer en el activismo al interior de la escuela?
Referencias.

FREIRE, Paulo. Recuperado en: http://es.wikipedia.org/wiki/Paulo_Freire Junio 09 de 2009.
PIAGET, Jean. Lenguaje y pensamiento en el niño. Moscú, 1930.
TAMAYO, Alfonso. Fundamentos de la Enseñanza por Ciclos. En: Revista Internacional Magisterio número 38 Abril-Mayo 2009  p.25
VYGOTSKY, L.S. Obras escogidas II. Aprendizaje Visor, editorial, Madrid, 1982.

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